Crisálida
Nuestra idea consistía en crear un barco en el que 6000 jóvenes de 17 años de todas partes del mundo convivieran. Compartir el espacio con adolescentes de zonas dispares del planeta, con distintas maneras de pensar y actuar les haría cambiar, afianzando la suya propia o haciéndoles replantearse muchas cosas que de otra forma dejarían pasar sin reflexionar.
Crisálida es el proyecto de un barco que se crea con el objetivo de finalizar el proceso de transformación del “niño” en adulto. En este caso, sus protagonistas deberán ser capaces de sobrevivir durante un año a bordo de la nave.
Accederán al barco 500 adolescentes al mes, en cada una de las 12 paradas previstas.Con el fin de que sean autosuficientes, recibirán una preparación previa de 1 mes, en la que se les enseñará un idioma común que les permitirá poder comunicarse de manera básica entre ellos, y se les atribuirá y enseñará además una tarea específica que tendrán que desempeñar durante sus primeros 30 días en el buque (serán al mismo tiempo pasajeros y tripulantes). Pasado el mes, todos los pasajeros rotarían de actividad, cambiando de sector. Este proceso requiere de la organización de los adolescentes por sí solos..
Se les proporcionará un barco vacío, con instalaciones amplias que se pueden destinar a distintos usos (tema del que se encargarán ellos mismos), con combinaciones ilimitadas. Solamente poseen las instalaciones básicas como son zonas para cocinar y baños, así como una gran zona para la plantación de alimentos. Para ocupar el resto de los espacios del barco encontramos una serie de almacenes que contienen todo lo necesario para vivir, desde camas hasta tablones de madera.
Para llevar a cabo el proyecto, realizamos una serie de planos del crucero teniendo en cuenta desde un principio que serían los chicos los encargados de establecerse en su interior a su libre albedrío.
En un primer lugar creamos una sección longitudinal, pero tras la corrección nos dimos cuenta de que todo estaba prestablecido, y no dejamos lugar alguno a la decisión de los tripulantes. Intentamos seguir con las plantas empezando desde cero, pero sólo obteníamos espacios simétricos. Estábamos atascados. Llegamos a la conclusión de que había que reiniciar la sección mirando desde otra perspectiva.
Tras este bache llegamos a nuestra propuesta final, con aspecto laberíntico que lo caracterizaría. Con ello hacemos referencia a la etapa de la vida en la que se encuentran los pasajeros/tripulantes de la nave, en la que todo es confusión. Serán ellos los que den sentido a los espacios, dejándolos como están, pintándolos, rompiéndolos…
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